Monumento a Nicolás Bravo

Se encuentra en el Paseo que lleva su nombre, entre 11 y 13 Sur. Se inauguró el 21 de noviembre de 1897 por el presidente Porfirio Díaz. Un año después, en el lado opuesto se agregó la Alegoría de la Historia. Ambas obras de Don Jesús E. Contreras.

Dentro del monumento a Nicolás Bravo vemos que no solo está la estatua representativa del mismo personaje, sino también, se ven otros dos elementos importantes; uno es en ángel que está en la parte superior de la misma vista a la de Nicolás Bravo, mientras que a la vista contraria esta la escultura de otro personaje, que al parecer representa la divinidad de todos los héroes que se han sucitado a lo largo de la historia en Puebla.

Lo que respecta a la representación de Nicolás Bravo, se puede ver que tiene un poco de frontalidad y simetría, tal vez porque su creador buscaba la claridad y orden en esta pieza, tal como lo hacían egipcios, siendo los primeros en establecer un canon para representar el cuerpo. En la escultura tiene una postura serena, la vista se dirige a punto alto, como tratando de ver mas allá de lo que logro y pudo lograr. Es interesante la parte de las manos, pues no las tiene sueltas como se puede admirar en otras esculturas de héroes de la historia, pareciera que trata de decirnos algo realmente importante, algo que sale de lo mas intimo de él. Su vestimenta es la adecuada a un héroe como él, parece que tiene un capa, cubriéndole parte del cuerpo, dándole un plus a la representación de su personalidad en la vida.

El ángel de la parte superior parece dirigir la mirada a Nicolás, y también la mano derecha dirigida a él, su postura no es rígida, sino más bien de movimiento, tiene una armonía un poco elegante en lo que respecta a ambas manos, las piernas dirigidas al cielo demostrando su divinidad. Su vestimenta es respectiva a la de un ser divino como se representa, para que de esta forma se pueda comprender mejor su función en esta pieza.

El personaje que esta a lado opuesto de Nicolás Bravo, se encuentra sentado, con las manos a los costados retrancadas en los brazos de su asiento, hacen ver su tranquilidad y serenidad en la que se encuentra, los pies también llegan a denotar esto, pues no están en una posición burda, sino comodidad. La expresión del rostro es de una sensación pensativa o de admiración. Por los elementos que se encuentran en sus manos, demuestra que está juzgando u observando algo de suma importancia.